miércoles, 24 de febrero de 2016
viernes, 19 de febrero de 2016
No pido que me regale mil cosas, pero sí que me robe mil besos
No quiero nada raro, creo...
Sólo que me extrañe aunque hayamos pasado todo un día juntos, que se ponga nervioso al verme, que no se aburra de mis charlas (que por cierto son muuuy largas). Que me acompañe siempre a casa y haga divertido el camino, por más largo que sea, y que desee que vaya a su casa todos los días, como si fuese la primera vez.
Que sienta ese cosquilleo todos los días al verme, al besarme y abrazarme. Que demuestre admiración, me conformo con saber que conmigo es donde más le gustaría estar siempre.
Que sólo por mí dé todo, que elija quedarse conmigo aunque tenga otros planes, que sienta que antes de mí ninguna otra existió, que sus amigos se cansen de escuchar mi nombre, que escriba las cartas más lindas y cursis del mundo aunque tenga la letra fea y la carta termine siendo de dos renglones.
Me gustaría que piense en mí cada rato del día, que sienta que se cae el mundo si discutimos y me abrace tirando su orgullo a la basura.
Quiero que me haga reír hasta llorar, y que cuando no pueda parar de llorar me haga reír, quiero que me diga que todas esas canciones de amor le recuerdan a mí, que me diga que estoy guapa (aunque recién me haya levantado de dormir), que me diga que doy los mejores besos y que me diga que tengo los ojos más bonitos del planeta (aunque sean iguales a todos los demás).
Quiero que evite que el amor se haga rutina, que evite que nos cansemos de lo mismo. Quiero que proponga y ejecute.
También quiero que me apoye en mis ideas, y respete aquellas que parezcan una locura. Que disfrute a mi lado de una cena romántica a la luz de las velas y que guste caminar a mi lado bajo la luna después de la cena, que me tome la mano con delicadeza y bese mis labios sin yo pedir nada.
No quiero que me de la mano cuando tropiece, sino que no me deje caer nunca. No quiero que se entristezca si me voy, sino que no me deje ir nunca.
Solo quiero que no me descuide, que me atienda a todas horas y que no deje de pensar en mí. Sobre todo, no quiero que haya nadie en quien ponga más atención que la que pone en mi, en nosotros.
Quiero que piense en mí tanto como yo en él y que busque siempre una manera mejor de hacerme feliz, que me conozca profundamente, que sepa lo que me gusta y lo que no, que se quede hipnotizado cuando le hablo, que adore mis gestos, mis manías y mis defectos.
Alguien que me haga sentir la chica más afortunada del universo, sólo por el echo de tenerlo.
Sólo que me extrañe aunque hayamos pasado todo un día juntos, que se ponga nervioso al verme, que no se aburra de mis charlas (que por cierto son muuuy largas). Que me acompañe siempre a casa y haga divertido el camino, por más largo que sea, y que desee que vaya a su casa todos los días, como si fuese la primera vez.
Que sienta ese cosquilleo todos los días al verme, al besarme y abrazarme. Que demuestre admiración, me conformo con saber que conmigo es donde más le gustaría estar siempre.
Que sólo por mí dé todo, que elija quedarse conmigo aunque tenga otros planes, que sienta que antes de mí ninguna otra existió, que sus amigos se cansen de escuchar mi nombre, que escriba las cartas más lindas y cursis del mundo aunque tenga la letra fea y la carta termine siendo de dos renglones.
Me gustaría que piense en mí cada rato del día, que sienta que se cae el mundo si discutimos y me abrace tirando su orgullo a la basura.

Quiero que evite que el amor se haga rutina, que evite que nos cansemos de lo mismo. Quiero que proponga y ejecute.
También quiero que me apoye en mis ideas, y respete aquellas que parezcan una locura. Que disfrute a mi lado de una cena romántica a la luz de las velas y que guste caminar a mi lado bajo la luna después de la cena, que me tome la mano con delicadeza y bese mis labios sin yo pedir nada.
No quiero que me de la mano cuando tropiece, sino que no me deje caer nunca. No quiero que se entristezca si me voy, sino que no me deje ir nunca.
Solo quiero que no me descuide, que me atienda a todas horas y que no deje de pensar en mí. Sobre todo, no quiero que haya nadie en quien ponga más atención que la que pone en mi, en nosotros.
Quiero que piense en mí tanto como yo en él y que busque siempre una manera mejor de hacerme feliz, que me conozca profundamente, que sepa lo que me gusta y lo que no, que se quede hipnotizado cuando le hablo, que adore mis gestos, mis manías y mis defectos.
Alguien que me haga sentir la chica más afortunada del universo, sólo por el echo de tenerlo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)